Flipping, una estrategia para la semipresencialidad

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Flipping, una estrategia para la semipresencialidad

6 septiembre, 2021 Destacadas 0

La necesidad de lograr mayor efectividad en el proceso de enseñanza y aprendizaje buscando mejores resultados, tanto en las capacidades adquiridas por los estudiantes como en los tiempos requeridos para lograrlas, han inquietado a educadores e Instituciones de Educacion Superior (IES) a lo largo de la historia.

Uno de los puntos centrales es contar con un estudiante atento y activo durante el proceso. Para ello, la “enseñanza basada en problemas” (PBL) o el “aula invertida”(flipping) resultan herramientas claramente útiles.

Comentaremos aquí sobre el “aula invertida”, en primer lugar porque su adopción, al menos en teoría, aporta un gran número de ventajas y, en segundo lugar , porque está alineado a la tendencia cada vez más fuerte, de  semipresencialidad, con mayor volumen de contenidos en línea.

La característica central pensada por Bergmann, J. y Sams, a partir de 2008, buscaba que en el aula invertida “las tareas o proyectos se concreten en el salón de clase y los contenidos temáticos sean aprendidos fuera de la escuela”.

Para que esto sea posible es necesario garantizar que los contenidos temáticos sean efectivamente incorporados por los estudiantes fuera del aula. Eso apunta directamente a la necesidad de contar con material propio (generado por la institución de educación superior -IES-), de calidad, actualizado, que incluya no solo texto plano (el mismo pdf de la fotocopiadora) sino videos, animaciones, fotografías, demostraciones en línea, etc, asegurando la accesibilidad a los mismos por parte de los diferentes actores del sistema, docentes, estudiantes, tutores y técnicos.

Esta última enumeración refleja justamente el punto débil por el cual no se han alcanzado aún los niveles esperados en cuanto a los resultados. Este escenario requiere el despliegue de una serie de dispositivos (herramientas, personal y tiempo dedicado) necesarios para alcanzar los contenidos con la calidad adecuada.

Si bien la actividad  docente siempre tuvo una buena dosis de capacidad histriónica, que en muchos casos ha marcado la diferencia entre unos y otros, no se deviene “actor” de un día para el otro. Montar videos con contenidos de las asignaturas, acompañarlos de presentaciones atractivas incluyendo buenos diseños y animaciones requiere no solo  de coraje para exponerse a las redes, sino también una solida y solicita colaboración técnica que los asista en la tarea.

A estas disponibilidades en Recursos Humanos, deben agregarse equipamientos y programas, salas especiales en cuanto a sonido, video e iluminación, que permitan asegurar un nivel que no desmerezca la calidad de los contenidos.


Como ejemplo de los pasos que aún faltan, mencionaremos que es raro encontrar “islas de carga” (tomacorrientes) en aulas y pasillos para que el “traiga su propio dispositivo” (BYOD) cuente con la posibilidad de recargar los dispositivos electrónicos.

En el caso argentino es una buena oportunidad para complementar avances importantes alcanzados con las normativas que permiten a todas las universidades incluir la formación a distancia para sus grados y posgrados.

 

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